INTRODUCCIÓN
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l maíz cultivado pertenece a la tribu
Maydeae, subfamilia Andropogoneae, familia Gramineae y género Zea. Dicho género
incluye formas cultivadas, todas ellas conocidas como maíz, y formas silvestres
denominadas teosintes. Las primeras fueron desconocidas en Europa hasta su
introducción por Colón, siendo descubiertas probablemente en la isla de Cuba.
Durante el presente siglo se ha
continuado con el estudio de las características botánicas de estos grupos,
habiéndose descubierto recientemente una nueva especie de teosinte perenne,
denominada Z. diploperennis Iltis, Doebley y Guzmán.
La familia Maydeae comprende además del
género Zea los géneros Euchlaena y Tripsacum, todos ellos de origen americano,
y cinco géneros provenientes de Asia y Australia, Coix, Chionachne, Polytoca,
Scherachne y Triobachne. Los estudios arqueológicos sobre el maíz sitúan su
origen en Tehuacán (Méjico), alrededor de 5000 años a.C. Este hecho, junto con
la proximidad de teosintes silvestres, avala a Méjico como el área geográfica
en la que tuvo lugar su domesticación. Restos encontrados en el valle Mautaro
situado en las tierras altas de Perú (3000-4000 m) y datados entre 450 y 1500
años a.C., ponen de manifiesto un segundo centro de diversificación del
cultivo. La expansión del mismo no se produce hasta el primer milenio a.C.,
cuando aparecen maíces más vigorosos procedentes, probablemente, de
hibridaciones con formas teosintoides. Los nuevos cultivares irían desplazando
al hasta entonces mayoritario.
Johannenssen y Parker proponen la
posibilidad de que el maíz cruzara el océano antes de que lo hiciera con Colón.
Estos autores se basan en la aparición de unas figuras de mazorcas esculpidas
en roca y halladas en el templo Hoysala, al sur de la India. Dichos restos
están datados hacia el siglo XII y XIII d.C., y de ser confirmados dichos
hallazgos, habría que aceptar la presencia del maíz en el Viejo Mundo en
tiempos precolombinos y por lo tanto reconsiderar la historia del maíz en este
continente (Gómez) .
El maíz es una planta
anual, monoica, sus inflorescencias masculinas
y femeninas se encuentran en la misma planta, de crecimiento rápido llegando a
alcanzar los 2,5 metros de altura con un tallo erguido, rígido y hueco. Este
está compuesto a su vez por tres capas (del exterior al interior), epidermis es impermeable y transparente, pared por donde circulan las sustancias alimenticias y médula tejido central esponjoso, blanco donde almacena reservas
alimenticias. Las hojas se
presentan a lo largo del tallo con hasta 10 cm de ancho, numerosa vastas al
tacto y arqueadas (2).
La importancia del maíz
a nivel nacional México produce el 2.7% del maíz en el mundo (23 millones de
toneladas en 2010), siendo el 4º productor a nivel global, detrás de estados
unidos, china y Brasil. Nuestro rendimiento promedio por hectárea es de 3.2
toneladas (lugar de 78 de 164 países que producen este grano en el mundo). El
promedio mundial es de 5.2 ton/ha. México es el mercado más grande de maíz en
el mundo, representando el 11% de consumo mundial. Cada mexicano consume, en
promedio, 123 kg de maíz anualmente, cifra muy superior al promedio mundial
(16.8 kg percapita). La Producción
de Maíz en Sinaloa en el ciclo
del 2001-02 fue de 2,818,926 de toneladas y en el 2002-03 de 2,654,069 toneladas
en el 2003-04fue de 3,893,467 toneladas después el 2004-05 produjo 4,192,844 sucesivamente en cada año
se va aumentando como 2005-06 que rindió 4,418,102 toneladas y en el año 2006-07 llego a
rendir 5,112,004 toneladas
siendo estas las cifras que se dan en los últimos años en Sinaloa en la producción
de maíz blanco y amarillo (AgroDer
2012).
Los principales
problemas del cultivo del maíz están asociados con la baja productividad por
hectárea, los altos costos de producción y la competencia ejercida por el maíz
subsidiado proveniente de Estados Unidos. Existen otros factores que afecta la
producción eficiente de maíz, entre ellos, que el cultivo pueda crecer libre de
la competencia con otros factores bióticos.
Dentro de los
problemas fitosanitarios podemos mencionar a las malezas, los hongos y los
insectos, estos últimos pudiéndose separar en cinco grupos importantes; plagas
rizófagas, del tallo, del follaje, del elote y en el almacén. La identificación correcta de las plagas y sus hábitos
son de suma importancia para evitar aplicaciones innecesarias de insecticidas
selectivos y para lograr el rápido y eficiente control de las plagas que
afectan al cultivo.
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